Un asunto demasiado familiar (fragmento)Rosa Ribas
Un asunto demasiado familiar (fragmento)

"Ese bar estaba bajo los auspicios de Merceditas. A sus sesenta años había pasado la mayor parte de su vida cuidando a sus padres enfermos. Cuando estos decidieron morirse, lo hicieron muy tarde y casi a la vez, dejándola sin quehacer, sin sentido. Sus padres la habían convertido en una planta de interior, de modo que no le interesaban los viajes y, durante las largas jornadas en casa, había leído todo cuanto le pudo ofrecer la biblioteca municipal. Encontró ese bar a la vuelta de la esquina y se instaló allí para tener suficiente ruido de fondo mientras recuperaba el tiempo perdido y trataba de acostarse por lo menos una vez con todos los hombres de los que se había enamorado platónicamente a lo largo de los años. No le iba mal.
—¡Qué bueno estás, Mateo! —le dijo al verlo.
Él le devolvió el saludo y se sentó en la terraza.
—Tú también caerás, detective —le llegó desde el interior.
—No te digo que no.
Entre los clientes del bar reconoció a un moroso tomando un café, y a dos de los amantes ocasionales de Merceditas. Por la calle vio pasar a dos adúlteros, hombre y mujer; a uno que no sabía que su hija no estaba yendo a clases de inglés sino de teatro; a una mujer que se había arreglado la cocina a costa del seguro, provocando ella misma un pequeño incendio; a otro que tenía realquilado un piso patera en la Rambla del Once de Septiembre; al albanés que hacía de estatua humana en Las Ramblas; al farmacéutico que le había pedido que lo liberara de los ocupas. Interrumpió el repaso de sus conocimientos cuando, doblando la esquina, apareció a buen paso una figura familiar. Dejó el dinero sobre la mesa y le salió al encuentro. "



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